HISTORIA DESDE EL CONFINAMIENTO: CAPÍTULO LVII
Primer día de visitas familiares permitidas y mi cuñada la Thermomix nos invita a comer. Cuando llegamos a su casa vamos directamente a la cocina para saludar. Es un robot de los modernos, de los que hablan y aunque no le preguntes te va contando todo lo que hace y sin parar ni para respirar, pues para eso es un robot y esas necesidades no las tiene.
— Por favor, limpia esos calamares y los troceas, y los pones en un plato, junto a los langostinos y los mejillones, para después—Ha respondido a mis buenos días. A Ana le ha pedido que picara una cebolla y dos dientes de ajo. Después nos ha ordenado sofreír durante ocho minutos. Aprovechado la espera nos tomamos unos botellines de cerveza que hay en la nevera. Con su incesante palabreo nos ha contado que el confinamiento bien, sin salir de la cocina, como es normal, pero bien de salud, que todos bien, que Juan y Roy la han estado ayudando mucho y muy bien… y todo eso.
— Ahora, por favor, poner los calamares y sofreír diez minutos más, varoma, giro a la izquierda y velocidad cuchara—Nos ha dicho tras los 8 minutos y tras interrumpir el relato de su cuarentena con la alarma del temporizador.
— ¡Ya está! ¿Y ahora qué?—le pregunto con ganas de ayudar.
–Espera los diez minutos y ves preparando un vasito de coñac, el vino blanco, el tomate frito y la mezcla de cayena con la sal y el perejil… y el laurel, el laurel que no se olvide… y un poquitín de zumo de naranja si os gusta. Luego lo añades todo y 15 minutos más,… también a la izquierda y velocidad cuchara. Id calentando el caldo de pescado que hay preparado en el cazo—me responde con voz muy natural como la de un humano. Con todo preparado y mientras esperamos damos cuenta de otro botellín de cerveza cada uno y de unos tacos de queso en aceite que encontramos en uno de los armarios. Los diez minutos se agotan al tiempo que la cerveza y el queso. Completo las instrucciones y aprovechamos la nueva espera para visitar la mesa medio puesta en el salón y picotear unas tentadoras patatas chips, unos cacahuetes y unas lonchitas de jamón del bueno que han comprado para la ocasión.
— Añade el caldo de Pescado, tres minutos, izquierda, velocidad cuchara. Luego echas el arroz, especial para caldoso, y el azafrán, y catorce minutos a cien grados, giro a la izquierda y velocidad uno. Cuando falten cuatro minutos pones los langostinos y los mejillones—Se nos ordena desde la cocina y varias veces por si no lo hemos oído. Vamos y lo hacemos a rajatabla. Para esta última espera, como se han acabado las cervezas, abrimos una botella de tinto reserva de rioja para seguir con el picoteo, a posta porque sabemos que a ella el tinto no le va… más para nosotros.
— ¡Ya está!—Nos grita el temporizador cuando se acaba la cocción. Nos sentamos todos a la mesa y degustamos el arroz charlando y poniéndonos al día de lo acontecido durante estos meses. Nos miramos con la extrañeza de vernos un poco cambiados… ¡Tampoco hace tanto!
Después de comer, del postre, del cava, de las pastitas, del café y de media siesta en el sofá, mi cuñada la Thermomix nos ha cortado el pelo… porque también es un robot peluquera.
¡Muchas gracias Fanny!
Joan López – Mayo 2020
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