HASTA LA MERIENDA

UNA HISTORIA DESDE EL CONFINAMIENTO: CAPITULO XXII

Macarena despierta del coma mientras un pervertido enfermero abusa de ella y le hace  fotografías desnuda con el móvil para compartirlas con los colegas. Como es normal y como si se hubiera despertado de una siesta de diez minutos en el sofá, al verlo le entra la mala leche, se arranca el gotero y  lo estrangula hasta dejarlo en coma. Sole, en un estadio avanzado de alzhéimer,  está con sus amigas presas y les pregunta sobre la verdadera muerte, si no es más cruel la muerte del olvidarlo todo que la muerte física del cuerpo. Zulema está en el patio fumándose un cigarro cuando su hija Fátima, que fue violada por orden de Sandoval (la Barbie) se tira desde un helicóptero cuando la trasladaban a otra cárcel más tranquila. Ante el desgraciado acontecimiento, Zulema acude al lugar y  grita para disipar el enjambre de presas que rodean el cuerpo sin vida de la joven, se arrodilla junto a él y muestra dolor y sentimiento, por primera vez en toda la serie. El viento arranca de las manos de Zulema la carta póstuma que Fátima que estaba leyendo y que esta le había dejado encima de la litera. Las presas se amotinan porque Sandoval quiere trasladar a Sole sin darle tiempo a ser ayudada por sus amigas a dejar este mundo sin sufrimiento. Zulema acorrala a Sandoval con intención de matarlo porque le hace responsable de la muerte de su hija Fátima. A Sandoval le llaman Barbie porque Saray  le cortó el pene con unas tijeras grandes de las de cortar vendas, hace unos cuantos capítulos, cuando se enteró de que Estrellita, la hija que lleva dentro, es fruto de que este la violara después de haberla drogado mientras estaba en aislamiento. El acorralamiento de  Sandoval continúa y este intenta salvarse  sacándose de la manga  una historia de Bacalaos y peces gatos…

–No te voy a tocar un pelo— le dice a Zulema.

–Hay fuera hay muchos bacalaos y tú eres  el gato— Le responde ella, mirándole a los ojos y tras una pequeña pausa.

Zulema lleva a Sandoval al comedor donde están concentradas las presas  (los bacalaos) y entre todas lo matan (al pez gato) con un pincho que fabricó Zulema usando la madera de un travesaño del gallinero. Durante el motín, Goya se encuentra con la dueña de la cárcel, la señora Cruz, y la obliga a comerle el papo después de un rato de humillación disfrazada de presa…

Y ahora,… ¡Hala, a merendar!

Joan López – Abril de 2020