ESCRITURAS PARA DORMIR

HISTORIA DESDE EL CONFINAMIENTO: CAPÍTULO LVI

Un amigo me escribe en el WhatsApp que no duerme desde la cuarentena. Sé que es verdad porque al abrir el ojo izquierdo veo en el despertador que son las 03:22. Ayer cometí el error de cargar el móvil sobre la mesita de noche… y sí, olvidé ponerlo en silencio y sin vibración, joder.


— Hola, estás despierto?—Ha sido el mensaje.


— Son las 3—le escribo, una vez incorporado y sentado en la cama. Estaba teniendo un intenso sueño de esos que llaman placenteros y la interrupción, en el mejor momento, la aprovecho para ir al lavabo.


— No puedo dormir—Me escribe para aclararme por si no me había enterado.

Cuando ya estoy sentado en la taza—lo hago por la noche aunque sea para el pipí… por el ruido, para no despertar—miro la pantalla y el típico “…está escribiendo” no cesa, intermitentemente, como si la escritura de mi amigo fuera una carrera con sus pausas para coger aire.  Acabo lo del pipí pero sigo sentado porque la escritura todavía sigue, aunque cada vez más pausada. Estoy a punto de desistir pero ya, completamente desvelado, decido seguir y esperar a ver qué. Lo mío ya es curiosidad, aunque espero que no sea nada grave. Por fin, tras unos largos minutos—Que he aprovechado para ver fotos en el Instagram—aparece el mensaje:


— Llevo días de rutina, a las 10 en la cama, sin mi siesta, sin café ni coca-cola, sin el gin-tonic de media tarde, tampoco cerveza, a veces una sin alcohol, que he dejado el tabaco  porque me ponía nervioso liando, llevo 3 días, las cenas ligeras de las de levantarte hambriento por las mañanas, y anoche me pegué un baño con unas sales aromáticas que me dieron, y a las 7 salí a correr, tres horas antes de acostarme y después el baño, y me tomé una infusión de Valeriana, Manzanilla, Melisa, Lavanda, Hierva luisa, Tila Lúpulo, Romero y Flor de la pasión todo junto, que he puesto sábanas de algodón y me he metido en la cama en pelotas… que dicen que va bien. Lo malo es que mi mujer tampoco duerme y se enfada… a veces.

Sigo sentado en el baño, pero de segundas, porque he ido al salón a por el portátil y ahora lo tengo sobre las rodillas, escribiendo en el whatsApp… wep:

— ¿Has probado leer un poco antes de dormir?—Le pregunto—A mí me funciona. Siempre tengo un libro en la mesita por si acaso. ¡Quién te ha visto y quién te ve, amigo Joan!

Me entra el sueño, me despido y vuelvo a la cama.

Joan López – Mayo 2020