
Cruzó la meta en segundo lugar y todos vieron como el corredor alzaba los brazos. Lo había conseguido. Con el puño cerrado golpeó el cielo varias veces y luego torció el torso hacia delante y, con las manos apoyadas en las rodillas, descansó hasta recuperar el aliento unos segundos más tarde. Ya erguido, andó unos […]
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